Este es el resumen de la Charla que el Dr. Gaspar De la Herrán, Traumatólogo del Centro Médico Sendagrup, va a dar en el Curso de la Jornada dedicada al «Envejecimiento Óseo: Prevención y Soluciones«, con el título: «Soluciones Quirúrgicas – Tipos de fracturas más habituales«.

 

En la población anciana, especialmente en las mujeres, aunque no de forma exclusiva, existe un riesgo elevado de sufrir fracturas debido a la fragilidad ósea que supone la existencia de osteoporosis. A estas fracturas que se dan en un hueso osteoporótico las denominamos fracturas por fragilidad u osteoporóticas y se producen por un traumatismo de baja energía, como podría ser una caída desde la propia altura, traumatismo que sería insuficiente para fracturar un hueso normal.

Además sabemos que la probabilidad de sufrir una caída aumenta con la edad, de tal forma que uno de cada dos adultos mayores de 80 años se caen al menos una vez al año y la mitad de los que se caen, lo hacen de forma reiterada.

Esta asociación entre osteoporosis y riesgo de caída, asociado a la mayor longevidad y esperanza de vida, hace que las fracturas osteoporóticas sean cada vez más frecuentes. Así, las mujeres presentan una probabilidad de casi el 30% de presentar una fractura a lo largo de su vida, de tal forma que casi la mitad de las mujeres han sufrido alguna fractura osteoporótica al llegar a los 70 años.

La mayor probabilidad de sufrir una fractura osteoporótica se halla inicialmente en las muñecas (radio distal), seguida de las vértebras (columna), pero en las últimas décadas de la vida el riesgo se incrementa muy notablemente en todas las áreas, siendo entonces la más frecuente la de cadera (fémur proximal). Aunque estas sean las fracturas más frecuentes, puede observarse cualquier tipo de fractura, como las de hombro (húmero proximal), rodilla (fémur distal o tibia proximal), costillas, pelvis o dedos.

Estas fracturas, en especial la de cadera, reduce considerablemente la calidad de vida, tanto del propio paciente como de sus familias y cuidadores, además de conllevar un importante coste económico. Se ha convertido actualmente en un problema sanitario y económico de primer orden.

 

La Fractura de Cadera

Las fracturas comúnmente conocidas como “fracturas de cadera”, suelen ser aquellas que se producen en el fémur en la zona más cercana a la cadera (el fémur proximal).

Se calcula que en la Unión Europea se producen anualmente unos 640.000 fracturas de cadera, mientras que en España, el número asciende a unas 60.000. En el Hospital Universitario Donostia se intervienen anualmente unas 400 fracturas de cadera.

El tratamiento de las fracturas de caderas es quirúrgico. Existen casos excepcionales en los que el deterioro del estado general del paciente es tan grave que el paciente no podría soportar una operación y la posibilidad de que fallezca es tan alta que se desaconseja operar, momento en el que podemos optar por un tratamiento paliativo.

En el resto de las situaciones optamos por operar al paciente. Incluso aquellos pacientes que no caminan y se desplazan en silla de ruedas se benefician de la intervención ya que una vez operados podemos sentarles sin que sufran los dolores tan agudos producidos por la fractura.

Retrasar la intervención puede agravar y empeorar el estado general del paciente por complicaciones producidas por el encamamiento prolongado (úlceras en piel, neumonía,…). Por lo general, intentaremos operarles lo antes posible, siempre que su estado general se lo permita, sea seguro para el paciente y hayamos podido mejorar posibles descompensaciones de otros problemas médicos que el paciente pueda presentar.

No existe un consenso claro de cuánto puede demorarse una cirugía, pero en general se recomienda intervenir antes de las primeras 48 horas siempre que el paciente se encuentre estable desde el punto de vista médico.

Según la región del fémur en la que se haya producido la fractura, dividiremos las fracturas de cadera en dos grandes familias:
• Fracturas intracapsulares: Si la fractura se ha producido dentro de la cápsula de la articulación, el riesgo de que la cabeza del fémur haya perdido el riego sanguíneo y que se “muera” esa cabeza es alto. Es por ello que, por lo habitual, optemos por sustituir la cabeza y colocar en su lugar una prótesis de cadera.
• Fracturas extracapsulares: Son las fracturas que ocurren fuera de la cápsula. La vascularización de la cabeza no suele estar afectada. En estos casos se opta por fijar la fractura mediante implantes como clavos intramedulares o placas con tornillos.

 

Fracturas Vertebrales

Las fracturas vertebrales son el tipo de fractura osteoporótica más común, sin embargo, en su mayoría no se diagnostican o tratan. La prevalencia de las fracturas vertebrales es similar tanto en hombres como en mujeres, sin embargo, la incidencia (la cantidad de nuevas fracturas) es doble en las mujeres después de los 70 años. Una de cada 5 mujeres con fracturas de columna sufrirá otra en un lapso de 12 meses, el denominado “efecto cascada”.

Se producen, a menudo, por actividades cotidianas como, por ejemplo, inclinarse, girar y/o levantar objetos livianos. Las caídas también están asociadas a las fracturas vertebrales.

Las fracturas vertebrales no siempre son dolorosas, y en consecuencia no son percibidas por el paciente o el médico. Algunas fracturas vertebrales aparecen lentamente y, por lo tanto son difíciles de detectar.

El tratamiento de las fracturas vertebrales sintomáticas consiste en el alivio del dolor con medicamentos antiinflamatorios y calmantes, reposo durante un corto periodo de tiempo en casos de dolor severo (los pacientes deberían comenzar a moverse tan pronto como sea posible dentro de los límites de su dolor). Además se recomienda realizar ejercicios de tonificación abdominal así como programa de ejercicios posturales, fortalecimiento muscular.

En ocasiones puede estar indicado tratamiento quirúrgico para refuerzo vertebral con vertebroplastia o cifoplastia, que consiste en rellenar el hueso esponjoso de la vértebra fracturada con cemento óseo para dar consistencia.

Fracturas de Muñeca

Las fracturas del radio distal ocurren principalmente en mujeres tras caída sobre la mano, y tienen lugar a edades más tempranas que las fracturas vertebrales y de cadera, y su incidencia aumenta con la edad. En los hombres, la incidencia es baja, y no aumenta con la edad.

La mayoría de las fracturas de muñeca se pueden tratar de forma ortopédica, con reducción cerrada de la fractura e inmovilización con yeso durante unas 6 semanas. En ocasiones son fracturas articulares, de difícil reducción y contención con yeso, por lo que se requiere tratamiento quirúrgico para reducción abierta y osteosíntesis con placas.

 

 

Acceso a la página de las Jornadas que organiza el «Foro Salud Sendagrup» bajo el lema:

«Cuidando nuestro Cuerpo a lo largo de la Vida«.

 

 

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